Un 3 de octubre, en el año 1990, se llevó a cabo la Reunificación de Alemania, al caer el Muro de Berlín que dividía a Alemania Occidental y Oriental como resultante del deseo de alemanes de ambos lados de vivir reunificados y en un estado de derecho. Muchos países, principalmente Rusia y los Estados Unidos, y más tarde también el resto de los países europeos, colaboraron con este proceso de reunificación. El camino fue largo y arduo, llevándose a cabo en forma pacífica y sin armas.
Las consecuencias de este hecho que hoy conmemoramos son trascendentes para millones de personas, que finalmente pudieron ser libres… libres para viajar, y libres para elegir.
Hoy el desafío es otro. Los distintos pueblos deben acostumbrarse a una nueva integración de etnias, a una convivencia y entendimiento entre pueblos de distintos orígenes y costumbres. Alemania ha asumido la responsabilidad de colaborar en la construcción de una nación pacífica y próspera, sosteniendo políticas de integración, paz, apertura al mundo, estabilidad y seguridad.
El pasado ha sido motivo de reflexión y ha generado el espacio de aprendizaje para instaurar un nuevo modelo basado en valores fundamentales. Y por ello, hoy celebramos orgullosos este día tan especial para toda la comunidad alemana.